La maldición del pangolín
Hace poco no se oía casi hablar del pangolín hasta que se le culpó de la pandemia del coronavirus. A pesar del peligro de comer carne de animales silvestres, existe un comercio despiadado de pangolines a través de África y Asia.
Con su hocico inusual, escamas y cola larga, el pangolín es uno de los animales más extraños y codiciado. A orillas del río Congo, su carne tiene fama de ser la mejor y más rica. En los mercados se comercializa por unos pocos euros, pero en Kinshasa se vende a precios desorbitados y solo se come en los mejores restaurantes. El negocio de sus escamas, muy apreciadas en Asia por sus supuestas propiedades medicinales, es aún más rentable. En Hanoi, Vietnam, su comercialización está oficialmente prohibido, pero aun así se venden ilegalmente. Se introducen de contrabando desde África y se venden por hasta 20 veces su valor anterior.
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27 junio 2022